
Desarrollamos la identidad verbal y visual para GĀO, el restaurante de la cocinera Karina Gao. Trabajamos a partir de la relación de infancia con su padre, el recorrido por los mercados y la identidad geográfica multicultural, entre China, Argentina y Francia. Para la realización espacial de conceptos y visualidades, convocamos a nuestros colegas del estudio de arquitectura Ripani.
ID. VERBAL | Concepto. Naming. Tagline. Storytelling. Contenidos.
ID. VISUAL | Isologotipo. Ilustraciones. Piezas print. Packaging. Uniformes. Dirección de arte de identidad espacial.
DESTINO | Belgrano (2025)
GĀO, el apellido de Karina, significa alto o elevado: la búsqueda de calidad para su “auténtica comida china”.
Tres curiosidades sobre el proyecto
Diseñamos un panel de aprendizaje con 20 caracteres chinos y sus significados ilustrados para jugar en la espera del baño.
El rojo y el celeste protagonizan la paleta cromática en un guiño que revela la identidad china y argentina.
































Para este proyecto tan soñado y especial, Kari Gāo nos abrió las puertas de su vida y de su corazón: puso como nadie su historia sobre la mesa para poder hacer posible su segundo hogar, GĀO, que, causalmente, está alojado en una antigua casa del barrio de Belgrano. Esas paredes que supieron alojar a alguna familia, hoy reciben una nueva. Porque, como reza el refrán chino 味道因回忆更美, "El sabor se vuelve más hermoso gracias a los recuerdos". 🍜
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Identidad verbal
Luego de una fascinante búsqueda de nombres en chino, que iban desde palabras antiguas hasta onomatopeyas, llegamos al candidato que estuvo ahí todo el tiempo: GĀO, el apellido de Karina. La exigencia, la entrega y la calidad son parte de la cultura china: por eso, en esta auténtica cocina china, la promesa de marca se revela en una experiencia gastronómica elevada.
Pero además de contener las señas propias de la cultura, la marca se compone de recursos y relatos cercanos. Buscamos transmitir el vínculo cómplice, amoroso y lúdico de Karina con su padre, cuando recorrían los mercados para seleccionar los alimentos para sus recetas. Durante el viaje en bicicleta (¡las pueden encontrar en la herrería de la rampa de entrada!), la identidad se traduce en emociones: descubrimiento, risas y sorpresas:
“Salimos en bicicleta mientras la ciudad duerme,
porque al que madruga, ¡el mercado lo ayuda!
Cuando llegamos, los puestos nos reciben con los colores del día,
y los vendedores nos invitan a probar sus sabores.
En cada heladera y en cada cajón, encuentro algo que llama mi atención.
Es temporada de quinotos. Hay trucha fresca. Huele a hongos salvajes.
Salto desde el asiento de atrás o doy un chillido de emoción,
mientras mi papá trata de mantener el equilibrio sobre ruedas.
Volvemos a casa con nuestra canasta llena.
Trepo hasta la mesa usando escaleras de apio.
Vuelo hasta los fuegos con alas de espinaca.
Salto entre legumbres con sogas de arroz.
Y trato cada ingrediente con atención y delicadeza,
primero entre mis dedos
luego con los palillos de madera.
Mientras juego, él canta.
Mientras miro, él corta.
Mientras hablo, él escucha.
Mientras soy feliz, él me sonríe.
Juntos, mi papá y yo, hacemos esa forma del cariño que se llama cocinar”.
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Identidad visual
China trasciende sus fronteras: está presente en todo el mundo, pero adaptada al consumo occidental con rasgos genéricos, borrando sus propios atributos, mezclándose dentro de “lo asiático”. A partir de la ilustración y el color, buscamos los rasgos que la vuelven única y diferente: de la mano de la dupla de Karina y su padre, emprendimos el recorrido por mercados y ciudades, atravesando su identidad multicultural entre su China natal, su Argentina de crianza y su Francia de su formación: la cromática roja y celeste repone esa fusión. Desarrollamos una marca casi personal, cuyo relato cristaliza el momento emotivo familiar: en la ilustración, una Karina niña lleva en la mano un pak choi, verdura que seleccionó especialmente porque forma parte de su historia.
En la composición del mercado encontramos los recursos para aplicar elementos disruptivos. Diseñamos tramas con vegetales para murales, tapizados para asientos y textiles para delantales, además de un sistema de cartelería propio que revisita la estética visual del mercado, agregando narrativa con refranes chinos sobre la comunidad, el alimento y el vínculo entre ambos. También hay pequeños relatos didácticos en las piezas: incluimos en la experiencia juegos para niños dentro del individual de papel y un panel de aprendizaje lingüístico para que ambos públicos exploren juntos. Así, mientras el comensal visita cada espacio, revive esa experiencia desde las texturas, los colores, las escalas y los volúmenes que configuran el juego de GĀO.
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Identidad espacial
Trabajamos en equipo junto a Estudio Ripani para traducir el universo verbal y visual sobre el espacio: dos casas que siempre convivieron ensambladas, pero con estilos diferentes. Algo en su altillo y fachada transmitía la idea de templo y de ahí saltamos a la promesa de marca: servir auténtica comida china como un mandamiento necesario en la comunidad gastronómica. Aplicando los elementos esenciales de la identidad, como la cromática de tres tonos, la ilustración y las terminaciones curvas, el interiorismo propone un tour por esta idiosincrasia tradicional, pero revisitada. La chapa perforada simulando esterilla, el textil y la madera conviven con el neón, la cerámica y la chapa con un lenguaje que atrapa y transporta al universo GĀO.
La luz, fuente de energía para esta historia que corre en paralelo a la vida de una familia y los alimentos que elige, construye las dos caras del local. De día es una casa abierta que le habla al barrio, con sus ventanales guillotina de paño generoso y su terraza con mural. De noche, el neón, la luz de velador, el cajón con bombita de filamento y la tira LED que simula un fideo colgante, recrean un ambiente para una estadía más íntima.
El cruce de texturas sirve de metáfora para transmitir la complejidad y riqueza de la gastronomía china, que se divide en ocho regiones de acuerdo a sus sabores y técnicas. Lo frío y lo caliente, lo suave y picante, lo salteado y lo cocido al vapor, y lo tierno y lo crocante son algunos de los contrastes que se pueden descubrir en los platos. En el espacio, el encuentro de materialidades artesanales y de producción, con terminaciones rústicas o industriales, hablan, también, de ese diferencial.